Vicent Vila Pla: «Siempre he trabajado sin mirar el precio con producto local»

El valenciano Vicent Vila Pla (Carcaixent, 1958) se ha jubilado hace unos días, después de estar al frente, durante casi treinta años, del restaurante Es Molí de Foc de Sant Climent, el único establecimiento de Menorca que lleva 27 años saliendo ininterrumpidamente en la Guía Michelin y considerado como uno de los mejores lugares para degustar un buen arroz en España. También produce la cerveza Grahame Pearce, que en 2022 ganó el premio a la mejor cerveza hecha en el país. Ahora, Vila deja su restaurante en manos de Mario Delgado, su jefe de cocina, y promete que el establecimiento seguirá ofreciendo la amplia variedad de arroces que ha hecho las delicias de residentes y visitantes durante todos estos años.

Abrió el restaurante en 1996. ¿Después de 27 años, se siente más menorquín o valenciano?

—Podríamos decir que tengo la doble nacionalidad, pero la verdad es que ya me siento más menorquín que valenciano. Los valencianos tenemos la ventaja de que hablamos la misma lengua que en Menorca, y esto te abre muchas puertas. Cuando llegué a Sant Climent y vieron que empezaba a hacer cosas, en el pueblo me acogieron muy bien, y al final hasta me nombraron santclimenter de s’any e hice el pregón de las fiestas.

¿Para usted siempre ha sido muy importante la integración en Sant Climent?

—Sí. Yo siempre digo que yo llegué aquí huyendo de los directores de banco, pero una de las personas con las que hablé al poco de llegar era un director de banco amigo de mi padre, un señor que llevaba 40 años aquí, y cuando le dije que me había quedado Es Molí de Foc en Sant Climent se puso las manos en la cabeza, porque no entendía que no hubiera cogido un local en primera línea de mar. Pero también me dijo que si los santclimenters me aceptaban, esto me ayudaría a triunfar, y al final ha sido verdad.

Y a cambio, usted siempre ha promocionado el pueblo.

—Sí, yo siempre he intentado, tanto con la cerveza como con el restaurante, poner el nombre de Sant Climent por delante, y dar a conocer el pueblo. Muchas veces digo que Sant Climent tiene la ventaja, respecto a ciudades como Maó o Ciutadella, de que aquí no llega el turismo de masas porque no hay mucha cosa que ver, y esto da mucha tranquilidad.

Ahora se ha jubilado, pero Es Molí de Foc sigue en marcha. ¿Queda en buenas manos?

—Sí, me he jubilado hace unos días y he alquilado el restaurante, pero no lo he traspasado. Se lo ha quedado mi jefe de cocina, Mario Delgado. Yo dejé la cocina cuando cumplí 60 años, y ya hace tiempo que la lleva Mario, con un equipo de diecisiete personas, que continuarán todas. Lo que he intentado es que el restaurante Es Molí de Foc continúe igual, pero sin Vicent, y que la gente cuando venga no note ningún cambio. Se servirá la misma comida, incluso mejorada, y se dará la misma atención que yo he dado a la gente, porque yo siempre he intentado hacer una cosa muy sencilla, que es tratar y dar de comer al personal como a mí me gusta que me traten y me den de comer.

Usted es un gran defensor del producto local.

—Sí, para mí lo primero siempre ha sido el producto local, y me ha dado igual el precio. Siempre he comprado aquí la carne, el pescado, la miel o el aceite, porque hay una gran diferencia entre hacer un arroz con el aceite de Pont Modorro o hacerlo con un Borges o cualquier otra marca. Y también somos el único restaurante de Menorca que en la carta de vinos tiene todas las bodegas de la Isla, y todos se venden.

¿En Menorca se valora el producto local?

—Con esto estoy un poco enfadado, porque la mayoría se llena la boca con el producto local, y es verdad que Menorca es la isla donde más se consume este tipo de producto, pero así y todo solo consumimos un once por ciento de lo que se produce aquí.

Además, predica con el ejemplo, porque produce la cerveza Grahame Pearce. ¿Cómo empezó?

—Empezó como un juego.Yo cerraba el restaurante los lunes y desde hace veinte años juego al golf, porque después de estar catorce horas en la cocina, siempre me ha ido bien pisar hierba. Y como la gente normal trabaja los lunes, acabé jugando con los jubilados ingleses. Y entre ellos había un hombre llamado Grahame Pearce, y un día, entre rondas de pintas, me propuso hacer cerveza para el grupo. Y cuando él murió yo seguí solo y fui aprendiendo, y ahora la fábrica la lleva mi hijo Roger junto a Dani Cardona. Lo que empezó como un juego, acabó con una inversión de un millón y medio de euros.

Usted también es músico y parece que pronto lo veremos poniendo música a los jaleos.

—Yo hice la carrera en el Conservatorio de Valencia y toco la trompeta y el fliscorno, y lo primero que he hecho tras jubilarme ha sido ir a apuntarme a la Banda de Música de Maó, porque no me veo jugando al dominó en el club de jubilados. O sea que sí, pronto estaré en la tarima animando el jaleo.

¿Qué otros proyectos tiene a partir de ahora?

—Ahora, al jubilarme, una de las actividades a las que quiero dedicar mi tiempo es a pulir este diamante en bruto que es la cerveza Grahame Pearce. Cada vez que salimos de Menorca volvemos con un premio y la mitad de la cerveza que se produce en Balears la hacemos nosotros. Creo que ha llegado el momento de crecer y expandirnos en Mallorca, porque aquí en la Isla tenemos la sensación de que hemos llegado al tope.

El apunte

Daniel Craig, Joan Manuel Serrat y Mauricio Macri en una larga lista ‘vip’

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