Trabajo en la construcción: «Nos sobra personal en la burocracia y nos falta en la obra»

La inversión en la construcción en Baleares subió un 21,5 % en 2025 y la previsión es que siga creciendo este año. En 2024 se alcanzó un montante global de 2.519 millones de euros en inversión gracias sobre todo al crecimiento del sector privado (un 10,6 % para llegar a los 1.757 millones), pese al repunte de la inversión pública, que supera ya el desplome de 2023 (crece un 57,1 % para llegar a los 762 millones de euros). Los constructores no vislumbran un futuro inmediato con mejoras sustanciales en la crisis habitacional, ya que la falta de suelo residencial finalista sigue siendo un condicionante decisivo. El principal reto para el sector, no obstante, es el de la falta de mano de obra cualificada, según insisten desde la Asociación de Constructores de Baleares.

«En la cadena de construcción sobra mano de obra que crea burocracia que no es productiva y nos faltan trabajadores en las obras. Estamos creando una burocracia enorme que no es productiva». Así de tajante se ha mostrado hoy el presidente de la Asociación, Climent Olives. Los empresarios ven complicado hacer una estimación del número de trabajadores que harían falta para dar respuesta a lo que demanda el volumen de actividad actual (debido entre otras cosas, a las fluctuaciones de los picos de producción según la época del año), aunque apuntan que «sería necesaria una colaboración directa con el SOIB» para poder recalificar e incorporar a los cerca de 3.500 parados que aglutina el sector, especialmente «ante las dificultades de traer gente de fuera por el problema de la falta de vivienda». La construcción en Baleares contó el año pasado con 61.400 trabajadores de media, lo que constituye un incremento del 1,8 % con respecto a 2023.

Por otro lado, en 2024 se visaron 62 proyectos de vivienda de protección oficial. Supone un aumento del 32 % que, sin embargo, «resulta insuficiente para atender la demanda actual». En ese sentido, los constructores reclaman una decidida apuesta en la dinamización de este segmento, así como la colaboración público-privada a través del programa Construir per Llogar.

La tendencia generalizada al alza que se prevé de cara a 2025 se fundamenta sobre todo en la bajada de los tipos de interés, que facilitará la financiación a inversores, y en la finalización de los plazos para ejecutar fondos europeos, lo que espoleará las actuaciones para no perder estas ayudas. A todo ello hay que añadir la legalización de construcciones en rústico, que comportará un sensible aumento de los proyectos de reforma este año y los dos siguientes, aunque se prevé que este sea el de mayo repercusión por las ventajas fiscales, tal y como apuntaba el Colegio de Arquitectos esta misma semana.

Al hilo de las reflexiones sobre las obras de rehabilitación y de cómo los proyectos de reforma siguen ganando peso debido a las dificultades para edificar obra nueva, Olives advierte de que, aunque tiene su importancia, no es una opción «viable» para sacar al mercado vivienda asequible. «El coste de obra es mayor que en obra nueva y el precio de compra de una vivienda para rehabilitación integral es muy caro por la subida de los precios de la vivienda de segunda mano». El incremento sostenido de los costes de construcción alcanza el 32 % desde la pandemia, lo que indica una estabilización en los dos últimos años. Eso sí, advierten, «lo que tenemos claro es que no va a bajar». Ni en el caso de los materiales ni en el de la energía.

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