Cada vez abundan más, en prensa y telediarios, individuos obsesionados con salvar el pellejo de tremendos cataclismos parecidos al diluvio universal, y de paso salvar también al mundo, que a su juicio, está poco menos que en las últimas. Se trata del síndrome de Noé, del que soy una autoridad pues me lo acabo de inventar. Suele afectar a hombres de mediana edad, o incluso de edad avanzada (Noé vivió 950 años), que conscientes de que la humanidad, o la civilización, o la patria, perecerán en breve a causa de sus pecados si ellos no lo remedian, construyen grandes obras de ingeniería verbal con forma de navío rechoncho, y luego determinan quienes sobrevivirán al diluvio y quiénes no. Parece un síndrome infrecuente y exótico, bíblico por así decir, pero según los últimos estudios realizados por mí mismo, está ya más extendido que otros síndromes psicopáticos o paranoides más famosos, como el de Cotard (creerse muerto), el de Kórsakov, el de Münchhausen o el de Ganser, que consiste en contestar preguntas erróneamente, a lo loco y sin ningún sentido.
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Enlace de origen : Síndrome de Noé