Así, Biden se ha mostrado dispuesto a tratar con su homólogo chino, Xi Jinping, el asunto del globo que acabó derribado por un misil en tránsito sobre su territorio. «No buscamos una nueva guerra fría», dijo Biden, quien no informó cuándo se darán esos contactos al más alto nivel, mientras prosiguen los contactos diplomáticos entre dos de los dos grandes actores de la política internacional.
«Espero hablar con el presidente Xi, espero que lleguemos al fondo del asunto, pero no me disculpo por derribar ese globo», dijo Biden en respuesta a las quejas de Pekín. China dice que el globo de 60 metros tenía como objetivo examinar las condiciones meteorológicas, pero Washington afirma que se trataba claramente de un globo de vigilancia con un enorme tren de aterrizaje que contenía componentes electrónicos.
Biden, que había hecho pocos comentarios públicos sobre la oleada de objetos aéreos que comenzó con el avistamiento del globo chino, rompió su silencio después de que los legisladores exigieran más información sobre los incidentes, que han desconcertado a muchos estadounidenses. Afirmó que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos seguía tratando de obtener más información sobre los tres objetos no identificados: uno que fue derribado sobre Alaska, otro sobre Canadá y un tercero que se precipitó en el lago Huron.
El Gobierno ha dicho que fueron derribados porque suponían una amenaza para la aviación civil. «Todavía no sabemos exactamente qué eran estos tres objetos, pero nada sugiere ahora mismo que estuvieran relacionados con el programa chino de globos espía o que fueran vehículos de vigilancia de cualquier otro país», dijo Biden. La comunidad de inteligencia cree que los objetos eran «muy probablemente globos vinculados a empresas privadas, instituciones recreativas o de investigación», agregó, y sostuvo que podrían haber sido detectados debido a la mejora de los radares en respuesta al globo chino. «Por eso he ordenado a mi equipo que me presente normas más precisas sobre la forma en que trataremos estos objetos no identificados en el futuro, distinguiendo entre los que pueden plantear riesgos para la seguridad y los que no».
Aparentemente, el globo chino derribado el 4 de febrero tras cruzar el territorio continental de Estados Unidos tenía originalmente una trayectoria que le habría llevado sobre Guam y Hawái, pero que se desvió de su curso debido a los vientos dominantes. El incidente obligó al Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a posponer una visita a Pekín, donde ambas partes habían intentado estabilizar unas relaciones ya tensas. Pekín criticó a Washington por reaccionar de forma exagerada al derribar el globo y advertió de «contramedidas frente entidades estadounidenses relevantes que socavan la soberanía y la seguridad de China».