Diapausa y hibernación
La diapausa es un estado de inactividad fisiológica que permite a los mosquitos resistir condiciones adversas. En este período, las hembras adultas buscan refugios protegidos, como grietas en árboles, sótanos o espacios húmedos, donde permanecen inactivas hasta que las temperaturas aumentan. Durante la diapausa, pueden sobrevivir varios meses sin alimentarse, esperando la llegada de la primavera para reanudar su ciclo vital.
Algunas especies, como el mosquito tigre (Aedes albopictus), sobreviven al invierno en forma de huevo. Las hembras depositan huevos resistentes al frío en lugares húmedos; estos permanecen en estado latente durante los meses fríos y eclosionan cuando las condiciones climáticas mejoran.
Adaptaciones al frío
Ciertas especies han desarrollado adaptaciones sorprendentes para enfrentar el invierno. Algunos mosquitos incrementan sus niveles de glicerol, una sustancia que actúa como anticongelante natural, permitiéndoles soportar temperaturas bajas sin que sus fluidos corporales se congelen. Otros pueden deshidratarse parcialmente para reducir el riesgo de congelación.
Actividad en interiores y climas templados
Aunque la mayoría de los mosquitos disminuyen su actividad en invierno, en regiones con climas más cálidos o en interiores con calefacción, pueden mantenerse activos durante todo el año. En estos entornos, encuentran las condiciones necesarias para alimentarse y reproducirse, lo que explica su presencia ocasional en hogares durante los meses fríos.
Impacto del cambio climático
El cambio climático y el aumento de las temperaturas globales están alterando los patrones de actividad de los mosquitos. Inviernos más suaves pueden reducir la mortalidad invernal de estos insectos, permitiendo que más individuos sobrevivan y se reproduzcan, lo que podría incrementar su población y prolongar su período de actividad anual.
Prevención durante el invierno
Aunque la actividad de los mosquitos disminuye en invierno, es importante mantener medidas preventivas para evitar su proliferación. Eliminar fuentes de agua estancada, mantener una buena higiene en el hogar y asegurar que las ventanas y puertas estén bien selladas son acciones clave para minimizar su presencia, incluso en los meses más fríos.