Por la prensa y televisión sabemos que este Domingo de Pascua, además de celebrar la primavera y la resurrección de Cristo, también celebramos la resurrección (desextinción) del lobo gigante, esa criatura emblemática de los Stark en Juego de Tronos, desaparecida de la faz de la Tierra hace más de 10.000 años, y que la empresa biotecnológica Colossal acaba de reproducir aproximadamente. Desextinguir es un verbo inexistente y ridículo, además de malsonante, pero como la tecnología es especialista en inexistencias malsonantes, se lo ha inventado a bombo y platillo, y con gran aparato propagandístico. ¡Desestinguir! Revocar la extinción, lo que sin duda es más que resucitar, porque si de la muerte es difícil regresar, de la extinción hace miles de años lo es más todavía.
Y no es verdad. Pero eso da igual, puesto que se trata de un fenómeno enormemente pascual. No sólo religioso, sino tecnológico, demostrando así que la tecnología está por encima de la teología, y el lobo gigante de la era glacial habita de nuevo entre nosotros. Muy oportuno, porque precisamente nuestra religión, que es de pastores y ganaderos, está llena de ovejas, lobos y metáforas agropecuarias. Y cabras, como el bucardo que resucitaron científicos españoles hace veinte años, y llegó a vivir diez minutos. Parece que somos pioneros de la desextinción, aunque por diez minutos de una cabra montesa.
La verdad es que no suelo prestar atención a estas chorradas tecnológicas de tipos jugando a ser Dios, supongo que por razones financieras; otra cosa sería si resucitasen a Godzilla o a cualquier dragón corriente de la mitología, pero claro, estamos en Pascua, y aunque lo que se nos da bien es extinguir especies, desextinguirlas una vez al año es noticia. Ahora, naturalmente, estos desextinguidores de Colossal van a por el mamut, el tigre marsupial de Tasmania y el pájaro Dodo de Alicia en el País de las Maravillas, los más rentables según estudios del mercado. Esperemos que estos lobos gigantes no se coman a los conejitos de Pascua. Y me callo, porque cada vez que escribo desextinguir siento un fuerte dolor en las sienes, y sensación de asfixia léxica y sintáctica. Muy felices pascuas a todos.
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