Nadal se queda con la miel en los labios en Bastad

Rafael Nadal no ha podido escribir una nueva página de oro a su excelsa carrera y lograr su 44º título de su carrera en tierra batida tras perder esta tarde frente al portugués Nuno Borges en la final del torneo de Bastad por 6/3 6/2. Era la primera final del tenista mallorquín tras su victoria en 2022 en Roland Garros ante Casper Ruud. 777 días en los que las lesiones han mermado el físico del tenista hasta un límite difícilmente imaginable y cuya posibilidad de la retirada se ha posado en más de una ocasión sobre su cabeza.

Saltaba la leyenda a la pista central del Bastad Tennis Stadium después de haber superado dos duras pruebas ante Navone y Ajdukovic que le hicieron estar más de seis horas en pista. Pero ello quizás sea un problema para la mayoría de los jugadores, pero no para Nadal, ávido de pasar mucho tiempo en la cancha para recuperar las sensaciones de antaño. Como decía en sus redes sociales, el ganador de 22 Grand Slams ‘defendía’ su título logrado en esta misma pista, hace 19 años, cuando derrotó al checho Thomas Berdych en la final tras deshacerse entre otros de Juan Carlos Ferrero, entrenador de Carlos Alcaraz.

La fiabilidad de Nadal en una final de tierra en casi infalible. Ha ganado sus 14 finales de Roland Garros y en su carrera sólo ha perdido nueve de sus 72 finales jugadas en esta superficie hasta este domingo. Y aunque en el primer juego con servicio del portugués tuvo bola de rotura que no aprovechó, el inicio del tenista de Manacor fue muy conservador lo que le llevó a perder su servicio en el segundo juego. Nadal recuperó el equilibrio gracias sobre todo a los errores de Borges, que alternaba algún buen punto con errores de bulto, pero poco duró la alegría ya que volvía a perder su servicio. Y el quinto juego no fue una excepción gracias a una defectuosa dejada de Borges y a un posterior error con su derecha en una bola a media pista.

Pocas veces en los primeros cinco juegos de un partido de este nivel se han producido cuatro roturas y más extraño es que esa cifra aumentara ya que Nadal volvía a no poder sujetar su servicio por tercera ocasión consecutiva para colocarse con un inquietante 4-2 después de un gran peloteo culminado con una dejada perfecta de revés del de Maia. Por segunda vez en el encuentro Borges abrochó su servicio como hiciera en el juego individual y acariciaba el primer set.

Era difícil que Nadal siguiera jugando tan mal. Su mejoría hizo que se anotara por primera en el encuentro su servicio y dejaba en Borges la responsabilidad de cerrar el primer parcial y el portugués no falló gracias a que su dominio en la mayoría de los puntos que no permitían a Nadal más que defenderse. 12 errores no forzados, un solo golpe ganador de Nadal y un raquítico 40 por ciento de porcentaje con su primer servicio explican el porqué de ese resultado en el primer set. Extrañó cómo a Nadal le costaba encontrar la distancia tras el saque de su rival y pegaba a la bola tarde lo que hacía que la bola se le quedara corta y fuera dominado o directamente la mandaba fuera de los límites de la pista.

Y el segundo parcial no comenzó mejor. Un error de revés permitía a Borges disponer de otra bola de rotura, pero por fin se decidió Nadal a ser más agresivo y colocar su primer drive paralelo marca de la casa que le ayudó a por primera vez en el partido ponerse por delante en el marcador. De nuevo su derecha, pero en esta ocasión cruzada, le permitió poner el 2 en su casillero. Ambos jugadores se estaban mostrando más seguros con su servicio, aunque el partido seguía teniendo más errores de los deseados para el espectáculo.

Las dificultades volvieron en el quinto juego con una nueva bola de break para Borges, 51 ATP, solventada con un buen primer servicio de Nadal, pero otro nuevo fallo de revés del ‘manacorí’ permitió otra oportunidad de rotura que Borges no desaprovechó ayudado por el botepronto defectuoso de Nadal cuando subía a la red y en el siguiente juego conservaba con comodidad su servicio apoyado en sus primeros saques. Nadal no encontraba la forma de hacer daño a su rival y parecía que el partido si no terminaba ganándolo Borges iba a ser más por sus deméritos que por los aciertos de su rival. Y Nadal facilitó la tarea a su rival perdiendo de nuevo su saque. El 5-2 y servicio del portugués ponía en bandeja el primer título ATP a sus 27 años. Y Borges rubricaba su ventaja en el torneo anotándose el juego en blanco gracias a un ‘ace’. Un final amargo para una semana muy positiva y ahora le toca viajar a su adorado París para participar en los Juegos Olímpicos.

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