La prueba piloto que el sábado 2 de septiembre celebró Marta Febrer en el Llatzeret le ha costado el puesto a la directora insular de Proyectos Sostenibles y Cooperación del Consell.
Dos meses después de haber sido nombrada, ha sido cesada en la que constituye primera medida de esta naturaleza que adopta Adolfo Vilafranca. Los tambores de la crisis empezaron a resonar en los despachos de Presidencia y de la Conselleria de Medio Ambiente, a la que estaba adscrita Febrer, cuando desde esta Redacción recabamos la versión a la directora insular sobre tan original iniciativa, que ya había trascendido y era comentada entre varios funcionarios de la institución insular.
Marta Febrer comunicó entonces al presidente y al vicepresidente Simón Gornés, al que estaba adscrita como conseller de Medio Ambiente, que había organizado una ‘excursión’ para valorar la inclusión de la visita guiada al Llatzeret en el Programa Salut Jove i Cultura del Consell.
Se encendieron todas las alarmas, pero la suerte de Febrer ya estaba echada. La directora insular podía haber admitido el error cometido o bien presentar la dimisión, pero al seguir defendiendo su actuación, ha sido cesada.
Ha constatado que la torpeza y la ingenuidad tienen un alto coste en política. En este caso, un viaje de ida y vuelta, porque Marta Febrer procede de la Asociación Hotelera de Menorca y regresará a Ashome. Queda ahora por resolver, una cuestión sobre la mesa del presidente Vilafranca, quién se encargará y gestionará la dirección insular que ha quedado vacante tras el cese.
Viaje de ida y vuelta
Febrer, diplomada en Turismo, vulneró una de las principales normas que rigen la actividad política: no cabe combinar ni implicar cuestiones personales o de carácter familiar en la gestión asignada. Y en este caso, aún cuando no hubo mala fe, al tratarse de un espacio público el Llatzeret, regulado por normas y ordenanzas.
Organizar una prueba piloto, como directora insular, para valorar si después se convoca como actividad institucional y unirla a la celebración del cumpleaños de tu hija, tarta incluida, es un error.
Los ecos de la crisis llegaron a Mallorca. Escribe hoy Torres Blasco en «Ultima Hora»: «Hay un asunto bueno para el PP, muy bueno: su rápida reacción para afrontar una crisis venida de Menorca: la destitución fulminante de una directora insular, Marta Febrer, que celebró el cumpleaños de su hija en la isla del Llatzeret de Maó. Así es como hay que actuar, con o sin oficina anticorrupción».
La portada de «Es Diari» del jueves, con el titular «Una directora insular usó el Llatzeret para una fiesta privada», precipitó los acontecimientos y las decisiones. A las 12.45 el Consell difundió un comunicado en el que anunció el cese de la directora insular y la comparecencia del presidente.
La medida había sido adoptada por Adolfo Vilafranca «ante las noticias aparecidas en los medios de comunicación», se puede leer en la nota oficial de la institución, cuando lo elegante habría sido citar al rotativo insular, que publicó la noticia en exclusiva. Una primicia que adquirió al mediodía dimensión y trascendencia nacional -acentuada por el cese- al ser difundida por medios audiovisuales y digitales.
Dribla Vilafranca
La carta de apoyo a la directora cesada, firmada por «padres, hijos y docentes conocidos por Marta», que publicamos en la edición del sábado, constituye una muestra de afecto, pero viene a confirmar el uso privativo de unas instalaciones públicas. Y aquí es donde radica el problema.
Adolfo Vilafranca regateó las peticiones de comparecencia, explicaciones y dimisiones que reclamaban con insistencia el PSOE y Més al comunicar el cese de Marta Febrer. Una decisión que el PP-Menorca calificó de «ejemplarizante» por la «actuación errónea de la ya exdirectora insular». Pero la formación ecosoberanista no se ha dado por satisfecha y anuncia una interpelación, en el próximo pleno del Consell, dirigida a Simón Gornés.
Quiere profundizar y bucear en una torpeza cometida por quien ha trabajado desde la perspectiva de la empresa privada y desconocía los mecanismos que rigen la gestión pública. Este asunto, por tanto, aún no ha terminado.
Ha sido cesada Marta Febrer, habrá que asignar un nuevo gestor a la dirección insular. Y habrá debate en el pleno del Consell por una interpelación sobre la metodología, objetivos y criterios de evaluación de un proyecto piloto que era una buena idea. Bien concebida, pero mal gestionada.
Y como no hay mal que por bien no venga, el equipo de gobierno de Adolfo Vilafranca tendrá la oportunidad de explicar los criterios con los que se habían gestionado, durante el anterior mandato, las instalaciones del Llatzeret. Permanezcan atentos a la pantalla.
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