La semana de pasión de Prohens

La presidenta del Govern, Marga Prohens, ha pasado estos días su Viernes de Dolor y un vía crucis posterior por culpa de un decreto ley que tenía que ser la Biblia de la contención turística y que se ha quedado en la salvación del alquiler vacacional. Prohens se ha lavado las manos ante los hoteleros, aunque del decreto se descolgara finalmente la subida de la ecotasa por exigencia de Vox. El anuncio del incremento de este impuesto hace poco más de medio año dejó a sus rivales políticos sin terreno de juego, arrinconados en el ring parlamentario, dando puñetazos al aire sin saber hacia dónde dirigir el ataque. En consecuencia, el anuncio de que no habrá aumento de la ecotasa por exigencia de Vox ha supuesto un intercambio de papeles: ha dado oxígeno a una izquierda que no sabía cómo salir de un terreno de juego que le era profundamente incómodo y ahora los puñetazos al aire los da Prohens en el rincón opuesto del tablero.

La presidenta dio un golpe de efecto y tomó el control de la situación política en las Islas con las medidas para la contención turística, pero aquella audacia le ha salido mal. La realidad es tozuda y más aún las Matemáticas y Prohens no tuvo en cuenta que su exigua mayoría parlamentaria  da para lo que da. Ha terminado en manos de Vox, en un giro que sí ha sido de 360 grados: intentó alejarse de ellos para acabar de nuevo en sus brazos.

Cuidado con las percepciones. En esta semana de pasión de Prohens, la percepción ha sido que la presidenta ha claudicado, que Vox ha ganado esta batalla y que PP ha sido, al menos por unos días y ya veremos hasta cuándo, un partido indistinguible de Vox. Cuidado con las percepciones porque, si se analiza con detenimiento lo que Vox ha querido que se apruebe, la realidad es que ha salido adelante el programa del PP –a favor del alquiler vacacional, en contra del PI– en el que, hay que recordarlo, no estaba la subida de la ecotasa, sino el descenso en temporada baja. Lo mismo con el decreto de vivienda y su extensión a suelo rústico, que aplauden con entusiasmo los alcaldes del PP y que no le quitará ni un solo voto por mucho que la izquierda se desgañite a denunciar especulación y pelotazos. El PP no pierde votos. Está por ver si estas medidas activan a la izquierda, que es lo que se persigue desde PSIB y Més.

Da igual que Prohens haya aprobado lo que quería el PP. El problema está en la percepción y la percepción que ha calado estos días es que el proyecto de Prohens no solo está irremediablemente unido al de Vox, sino que no se hará nada que no quiera la extrema derecha con una Manuela Cañadas haciendo de vicepresidenta de facto. 

Enlace de origen : La semana de pasión de Prohens