¿Es cierto que la menopausia causa pérdida muscular?

El estrógeno desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la masa muscular y la regeneración de las fibras musculares. Su reducción durante la menopausia puede conducir a una disminución de la masa muscular y un aumento de la grasa corporal, especialmente en la región abdominal. Este cambio en la composición corporal no solo afecta la apariencia física, sino que también tiene implicaciones para la salud general, aumentando el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Además, la pérdida de masa muscular puede disminuir la densidad ósea, incrementando el riesgo de osteoporosis y fracturas. La sarcopenia también puede afectar la movilidad y la calidad de vida, dificultando la realización de actividades cotidianas y reduciendo la independencia funcional.

Para mitigar estos efectos, es fundamental adoptar un estilo de vida activo que incluya ejercicios de resistencia y fuerza. El entrenamiento de fuerza ha demostrado ser efectivo para aumentar la masa muscular y mejorar la densidad ósea en mujeres posmenopáusicas. Además, una dieta equilibrada rica en proteínas, vitamina D y calcio es esencial para mantener la salud muscular y ósea.

La terapia hormonal sustitutiva (THS) puede ser una opción para algunas mujeres, ya que ayuda a mantener los niveles de estrógeno y puede prevenir la pérdida de masa muscular. Sin embargo, la THS no es adecuada para todas y debe ser considerada bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Es importante destacar que la pérdida de masa muscular no es un destino inevitable durante la menopausia. Con intervenciones adecuadas, como la actividad física regular y una nutrición adecuada, es posible mantener la masa muscular y la calidad de vida durante esta etapa. La educación y la concienciación sobre estos aspectos son fundamentales para empoderar a las mujeres a tomar medidas proactivas en su salud durante la menopausia.