El largo camino de la marcha bípeda

La marcha erguida de los humanos es una excepción dentro de la familia de los mamíferos. El paleoantropólogo Jeremy DeSilva (Attleboro, Massachussets, 1976) trata de explicar en Paso a paso las posibles razones de esta excepción, al tiempo que examina cuándo los homíninos eligieron caminar sobre dos piernas y qué ventajas les pudo haber reportado esta elección.

DeSilva es miembro del equipo de investigación que descubrió a dos antiquísimos miembros de la familia humana Australopithecus sediba (vivió hace entre 1,78 a 1,95 millones de años) y el Homo naledi (vivió hace unos 2 millones de años). También ha estudiado chimpancés salvajes y fósiles primitivos de homininos en África.

Sostiene que caminar con solo las piernas, a diferencia del resto de mamíferos, tenía en principio grandes inconvenientes. Los bípedos son más lentos que los cuadrúpedos y están por ello más expuestos a los depredadores. Además, en caso de lesión en un pie o una pierna son mucho más vulnerables que los animales que caminan a cuatro patas.

Sin embargo, no existe ninguna duda respecto al éxito evolutivo del bipedalismo y una prueba gráfica de ello es que los humanos hemos conseguidos estampar nuestras huellas hasta en la Luna. Hoy somos la especie dominante del planeta.

DeSilva, y la mayoría de los científicos que estudian la evolución animal y humana, proponen diversas explicaciones para justificar el éxito de andar como nuestra especie. El bipedalismo liberó las manos para construir herramientas, facilitó otear el horizonte, supuso un ahorro de energía que facilitó que los cerebros crecieran en tamaño. Además, los cambios en la posición del torso y la cintura respecto a los animales cuadrúpedos derivó en un mayor control de la respiración que nos permitió hablar y crear el lenguaje, nuestro gran superpoder.

Paso a paso es un libro que fundamentalmente habla de algunos fósiles de nuestros ancianos antepasados como los de los primeros homíninos que empezaron a caminar sobre dos patas hace siete millones de años en África. La pasión de DeSilva por los restos fósiles, especialmente si se trata de piernas o pies, es evidente, pero también dedica algún capítulo a elogiar los grandes beneficios físicos y mentales que supone una caminata al día o a la importancia de los pies que reúnen una cuarta parte de los huesos que componen nuestro esqueleto.

Con el concienzudo estudio de unos e incompletos pocos fósiles de huesos, los paleoantropólogos son capaces de averiguar muchas cosas. Por ejemplo, aportan la evidencia que nuestros antepasados cuidaban de sus congéneres heridos.

«Nuestras innegables tendencias violentas y agresivas -explica DeSilva- han dominado los relatos que hemos construido sobre nuestro pasado. Sin embargo, nuestro viaje evolutivo también nos ha dotado de una extraordinaria capacidad de empatía. Hemos pasado por alto con excesiva frecuencia lo mejor de nuestra naturaleza»

Paso a paso. Cómo caminar erguidos nos hizo humanos

Jeremy DeSilva

Traducción de Francisco J. Ramos Mena

Editorial Capitán Swing

360 páginas

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