Los cuatro pozos que abastecen a los tres núcleos de la costa sur de Ciutadella presentan niveles de nitratos de entre 60 y 70 miligramos por litro, muy por encima del nivel máximo de 50 mg/litro que marca la normativa sanitaria.
Ante ello, la empresa ha enviado una carta informativa a los chalés, negocios y complejos turísticos de estas zonas para recomendarles que no utilicen el agua de la red ni para beber ni, tampoco, para cocinar. Sí se puede usar, por contra, para limpiar alimentos, para la higiene personal y para limpiar la ropa y los utensilios de cocina.
La concesionaria asegura en el comunicado que viene insistiendo desde 2017 al Ayuntamiento de Ciutadella para que inyecte agua desalinizada en sus instalaciones y así diluir la presencia de nitratos y cloruros que garanticen que el agua vuelva a ser potable.
Pero la falta de respuesta de la administración ha llevado a la empresa a comunicar que desea dejar de prestar el servicio, que reconoce que es «deficiente», y lo ha puesto a disposición del Ayuntamiento para que asuma directamente el abastecimiento de estos núcleos. La petición, formalizada por vez primera hace dos años, fue reiterada el 31 de julio, tras una reunión con el nuevo alcalde Llorenç Ferrer, sin que le conste que hasta la fecha se haya tomado una decisión en este sentido.
La empresa anuncia a los usuarios que «no cesará en el empeño de ofrecer un servicio de calidad» y que continuará insistiendo al Ayuntamiento, «como administración legalmente responsable», para que se encargue de abastecerles de agua potable.
El gerente de Aigües Cala Blanca, Sam Moll, asegura que «avisamos por transparencia y en cumplimiento de la normativa sanitaria. La situación con el tiempo ha empeorado y, por nuestra parte, ya no queremos seguir. Arojamos la toalla. A partir de ahora debe ser el Ayuntamiento el que se haga cargo el servicio».
Consultado al respecto, el gobierno municipal dice estar trabajando en la solución que, asegura, dará a conocer a lo largo de esta semana.