De fascinarse por Sant Joan a la boda de Manuel Valls, el paso de Vargas Llosa por Menorca

El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, fallecido este domingo, no es que tuviera una relación muy estrecha con Menorca, pero sí que visitó y pudo conocer la Isla al menos en dos ocasiones. La última, al menos que se tenga constancia, fue en septiembre de 2019 cuando acudió junto a su pareja Isabel Preysler a la boda del exprimer ministro francés Manuel Valls y la heredera de los laboratorios Almirall, Susana Gallardo, en su finca de Binidalí.

CIUTADELLA - MARIO VARGAS LLOSA, ASISTE A LAS FIESTAS DE SANT JOAN DE CIUTADELLA.
En 2012 fue su primera visita a Menorca.

Vargas Llosa ya había estado previamente en Menorca, dos años después de ganar el Premio Nobel de Literatura. Era junio de 2012, y aprovechó su estancia en Menorca para visitar la fortaleza de la Mola, recorrer las calles de Maó, entrar en el Teatre Principal de Maó, hacer una parada en el Claustre del Carme, hacer una excursión a la Illa d’en Colom, y presenciar las fiestas de Sant Joan.

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Mario Vargas Llosa, en La Mola.

Pudo disfrutar del Caragol des Born desde un sitio privilegiado, desde el balcón de la casa señorial de Cas Comte. «Es un espectáculo absolutamente sorprendente. No tenía idea ni lo conocía. Había leído algo alguna vez pero no lo había visto en vivo y es realmente impresionante e insólito», manifestó el escritor en su única entrevista que concedió en la Isla, y que se publicó en este diario el 26 de junio de 2012.

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El periodista Lluís Vergés lo entrevistó en la casa de Sant Antoni (The Golden Farm), situada en S’Altra Banda del puerto de Maó.

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El periodista Lluís Vergés entrevistando a Vargas Llosa.

En esa charla de 20 minutos habló sobre todo de literatura, pero también de la arquitectura de Menorca y el turismo: «No sospechaba que ciudades como Maó o como Ciutadella tuvieran una arquitectura tradicional tan bella». Además, añadió, «a diferencia de lo que ocurre con otros lugares turísticos, aquí el paisaje Menorca está mucho menos destruido por la urbe, por la arquitectura que es mucho más armónica con el entorno. Se conserva bastante bien la Isla. La naturaleza está todavía muy presente», expresó el Nobel de Literatura, tras explicar su único encuentro en 1958 en París con Albert Camus, de raíces menorquinas. «No lo sabía [el origen de su abuela]. Sabía que era española pero no que era menorquina. Por eso sabía español», admitió.

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Antes de dejar la Isla, Vargas Llosa tuvo tiempo de probar la caldereta y las ensaimadas. «Me encanta esta Isla, volveré», dijo el escritor en 2012. Y siete años después lo hizo para celebrar junto a otro centenar de invitados la boda de Manuel Valls y Susana Gallardo.

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