Alerta por presencia de raticida en el campo de Menorca: «Mi perra podría haber muerto de una forma horrible»

Una salida al campo de Menorca para buscar espárragos acabó para un vecino de Alaior y su perra en el veterinario por una intoxicación con raticida. «Mi perra podría haber muerto de una forma horrible», advierte este vecino, que se trasladó con urgencia al centro veterinario para que atendieran a su perra tras haber ingerido esta dos bolsas de veneno que pronto se disolvieron en su estómago.

Se encontraban paseando por el Camí de Binixems en busca de esparragueras y, pasada la cantera de Santa Bárbara dirección Maó, saltaron una pared de piedras. Allí se encontraron con una gran piscina prefabricada en medio de la tanca. «Hay un cartel de la Conselleria de Medi Ambient, advirtiendo que ese tanque de agua está ahí para abastecer de agua a los helicópteros antiincendios y que está prohibido bañarse», explica.

Cerca, sobre un altiplano, detalla, hay una gigantesca bolsa cuadrada llena de agua, conectada con una manguera a un pozo, que con un motor la abastece de agua. «Reparo que alrededor de la gran bolsa de agua hay esparcidas unas pequeñas bolsitas de color rosa», precisa, y añade que «mi perra se lo pasa en grande, correteando de aquí para allá, pero de pronto se para y se pone a mordisquear algo».

Es entonces cuando este vecino de Alaior observa que lo que su perra tiene en la boca es una de esas bolsitas rosas con la palabra «raticida» escrita en el envoltorio. «Me preocupo, vamos rápido hacia el coche y directos al veterinario. Le explico que quizás mi perra haya comido veneno y le inyecta un compuesto que en pocos minutos la hace vomitar dos bolsitas de raticida», narra este hombre.

«Como había masticado las bolsitas, el veneno se estaba disolviendo en el estómago, pero por suerte lo vomita todo. Acto seguido el veterinario le inyecta un antídoto que hace que se recupere», aclara, siendo consciente de que «mi perra ha tenido suerte de que la viese comiendo el raticida, porque si no hubiese muerto de una forma horrible. Mis agradecimientos por la rápida y eficaz actuación del veterinario».

Este vecino de Alaior puntualiza que «quizás parte de la culpa es mía, por haber entrado en una propiedad privada, pero el haber descubierto esto, me da pie a informar a cazadores y a otras personas que entren con perros». También denuncia que se esparza veneno alrededor de la gran bolsa de goma para protegerla de mordeduras de ratones «hay que tener en cuenta que en el campo hay más diversidad de fauna».

En este sentido afirma que «el veterinario me informó que ese raticida le resulta goloso y atractivo a ratones, perros, gatos, hurones, erizos y otros animales que una vez muertos envenenados, después son comidos por aves rapaces, que a su vez también se envenenan» e insta a adoptar otras soluciones.

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